martes, 2 de diciembre de 2008

El parque y la puerta.

Capítulo 1

El parque y la puerta.

Mi nombre es Marcos y tengo 10 años, voy a una escuela cerca de mi casa donde vivo con mis papás, mi hermana Laura quien tiene 6 años y mi perro Monty. Les voy a contar mi gran aventura, la mayor aventura que he tenido…. hasta ahora.

Me gusta donde vivo, digo…. aunque en un principio me disgustaba estar tan lejos de mis amigos, se puede decir que después de unos meses me acostumbré, hice más amigos y empecé a sacarle provecho a la comodidad de vivir en la zona residencial: “Real de Alamos”, que siempre ha tenido la fama de tranquila, lejana, fría y “fresa”. La gente es amable y uno puede salir a caminar cuando quiera de manera segura, pues siempre hay vigilancia las veinticuatro horas del día. Lo mejor de todo es que hay un enorme parque al centro lleno de árboles y plantas donde la gente sale a pasear con sus mascotas y es punto de reunión de chicos que salen a jugar.

Del lado norte del parque hay una pequeña loma sobre la cual se encuentra mi casa, la compró mi papá hace 5 años y, aunque no es muy grande, es ideal para una familia como la mía. No tenemos jardín interno, algo que mi madre se ha encargado de solucionar colocando macetas por todos lados, pero además tenemos justo delante al parque maravilloso, y todas las habitaciones de la casa tienen una terraza con vista a él, y desde la planta alta de la casa se pueden contemplar en toda su extensión, los álamos que cambian de color con cada cambio de estación, la fuente “moderna”(tiene unas esculturas de colores muy curiosas) al centro y el trazo de los caminos y corredores que lo cruzan. Desde mi ventana me encanta cómo se ven los tres círculos concéntricos que rodean la fuente donde cada mañana los vecinos corren con perros de todas razas. Durante la noche la vista es muy agradable, pues el parque se ilumina por hermosos faroles de hierro forjado que contrastan con la modernidad de las esculturas de la fuente, tengo un tío que dice que eso se ve “naco”, sin embargo la fuente se ha vuelto el símbolo de Real de Álamos con el tiempo y ya todos le hemos tomado gusto..

Si siguiéramos todo el parque desde mi ventana, veríamos perfectamente las fachadas de las dos casas más bonitas de todo el conjunto, ubicadas del lado sur del parque justo al lado opuesto de mi casa. La casa de la derecha de estilo neo-colonial, blanca, con el portón de madera y detalles en piedra volcánica, cantera y herrería, tiene también ventanas y terrazas que dan al parque adornadas con macetas de barro rojo, siempre con flores que le dan colorido. Adoro su tejado rojo. La casa de la izquierda es, como dice mi papá, del tipo “residencia gringa”, grandota, de paredes blancas y con techo de dos aguas, cada año le ponen los mejores adornos de temporada y hacen que luzca de una manera maravillosa., sobre todo en navidad, pues las luces siempre están bien sincronizadas y desde mi habitación solemos quedarnos durante horas mirándolas parpadear Laura y yo.

Las vista de las dos casas parece de postal, pues desde mi terraza se ve también sobresalir detrás de ellas el Cerro del Oso (el cual nadie sabe por qué se llama así, pues nunca ha habido osos en la zona) y forman un paisaje hermoso. Las casas estarían perfectamente unidas, de no ser que justo en medio de ellas existe una extraña puerta que no pertenece a ninguna de ellas, pues el estilo es completamente distinto y está muy fea…. La puerta es de metal viejo oxidado y tiene la forma completamente cuadrada. La puerta es muy grande, pero no tanto como para que fuera una entrada de garaje. Lo más exraño son unos signos raros como del tipo de los que aparecen en el programa de horóscopos que ve la señora María (que viene a planchar cada miércoles), pero aunque se parecen no son iguales y están grabados en la puerta como si fuera alguna extraña inscripción en alguna lengua antigua. Al centro hay una mirilla de las que sirven para ver de adentro hacia fuera y no existe ni picaporte ni ranura para la llave ni algún timbre.

La puerta suele pasar desapercibida a simple vista debido a la imponencia de las dos hermosas casas que la rodean, sin embargo todos los vecinos la han visto y a nadie le gusta su extraña apariencia. Cuando he salido con mis amigos y caminamos justo enfrente de la puerta…. Preferimos cambiarnos de acera o cruzar corriendo, pues hay algo que nos da miedito alrededor de ella. La única que parece no tenerle miedo es Nancy, quien vive en la “residencia gringa”…. Pero bueno, a ella también todos solemos tenerle miedo.
(continúa…)

1 comentario:

Guapóloga dijo...

Ahora tengo hambre...